Bienvenido a una nueva sección de nuestra revista, una que se centrará en las oportunidades de alquiler de embarcaciones en todo el mundo. Cada mes, exploraremos dos aspectos de las vacaciones a bordo, incluido un hermoso destino náutico, así como consejos prácticos sobre cómo aprovechar al máximo la experiencia de chárter.

No todas las opciones son similares. Hay chárters de lujo con tripulación, generalmente en grandes yates a motor con capitán, chef y tripulación, y chárter sin tripulación en los que uno mismo es el capitán que toma todas las decisiones y administra el barco alquilado por su cuenta.

Chárter de lujo con tripulación

Los chárters con tripulación proporcionan un personal para ayudarlo a uno a disfrutar de sus vacaciones. Los barcos más pequeños (por ejemplo, de menos de 60 pies) generalmente tendrán al menos un capitán y, a veces, un chef. Las embarcaciones más grandes (60-200 + pies) tendrán un capitán, primero de a bordo y/o marineros, un chef y un asistente.

Missy Johnston, propietaria de Northrop-Johnson Yacht Charters en Rhode Island, es una agente de chárters certificada que trabaja con yates de 50 a 200 pies. Johnston nos cuenta que estos yates generalmente transportan de 1 a 12 pasajeros y son parte de una base de datos llamada YACHTFOLIO, a la que acceden agentes especializados en encontrar embarcaciones que ofrecen chárters en diferentes partes del mundo.

Los agentes que trabajan con chárters con tripulación de lujo suelen pertenecer a una o varias asociaciones profesionales, incluidas AYCA (American Yacht Charter Association), CYBA (Caribbean Yacht Brokers Association) o IYBA (International Yacht Brokers Association). Si uno desea alquilar un yate grande, debería comenzar buscando un agente a través de una de estas organizaciones. Para experimentar un chárter de alta gama, primero deberá decidir adónde quiere ir. La mayoría de estos yates tienen un circuito. Por ejemplo, los yates trabajan en el Caribe en invierno y luego se dirigen a Nueva Inglaterra o al Mediterráneo en verano. El Mediterráneo también se divide en el lado occidental (España, Francia e Italia) y el lado oriental (Croacia, Turquía y Grecia). Algunos yates se quedan en el Pacífico trabajando en la Polinesia Francesa, Fiji o Asia Oriental, mientras que otros deambulan por México y Alaska. No todos los yates están registrados para trabajar legalmente en todos los lugares, por lo que uno debe decidir qué quiere ver. Alquiler sin capitánUn barco que se alquila para navegar sin tripulación profesional o chef, se llama chárter sin tripulación. Se suelen realizar en veleros monocasco o en catamaranes, pero hay compañías (The Moorings, MarineMax Vacations) que también alquilan catamaranes a motor.

Las grandes compañías de chárter tienen bases en todo el mundo y sistemas de reserva centralizados con los que uno se contacta directamente. Encontrar un barco para realizar un chárter sin tripulación es fácil. Puede echarle un vistazo a Dream Yacht Charters, Moorings, Sunsail y Navigare, los cuales tienen una importante presencia mundial. También hay excelentes compañías regionales como las que se encuentran en las Islas Vírgenes Británicas, Estadounidenses y Españolas, incluidas Horizon, CYOA, Conch, Voyage y TMM. Luego están los proveedores de bajo coste y pequeñas empresas en varios rincones de Europa y el Caribe. También hay chárters fluviales y de canales con lanchas automáticas que atraviesan Francia, Italia, Irlanda, Inglaterra y Alemania, donde se puede deambular a través de viñedos y castillos a un ritmo pausado. Islas Vírgenes BritánicasPara nuestra primera aventura, exploremos las magníficas Islas Vírgenes Británicas en el Caribe, posiblemente el destino de chárter más popular del mundo. Con vientos manejables y saltos cortos entre islas, las Islas Vírgenes Británicas son perfectas para los novatos, pero su belleza pura, los abundantes establecimientos de comida y el clima perfecto atraen a los navegantes experimentados una y otra vez.

No hay que perderse The Baths en Virgin Gorda, el famoso bar de Foxy en Jost Van Dyke y el esnórquel en The Indians. Lo más destacado es la isla de Anegada. Antes completamente fuera de los límites de los barcos de alquiler, esta isla de 11 millas es como la canción de una sirena en el horizonte. Hasta hace unos años, la entrada de Anegada no era fácil de navegar. Había que estar atento a la ruta y al fondo de coral mientras uno evitaba el arrecife Horseshoe de dieciocho millas de largo de Anegada, un famoso destructor de embarcaciones. Hoy, la entrada está bien marcada con boyas y, a menos que el viento sea demasiado fuerte, no hay razón para no visitar este paraíso tranquilo, y alejarse del ruido y la gente. Tome un taxi hacia una de las playas del lado de barlovento donde puede que sea el único visitante, una rareza en las Islas Vírgenes Británicas. Por la tarde, puede hacer una reserva para cenar en la playa del Hotel Anegada Reef donde podrá disfrutar de una deliciosa langosta a la luz de las velas. Salt Island es el hogar de los restos del barco Rhone del Royal Mail Steamship que naufragó en 1867 durante un huracán. El casco se encuentra recostado en el lecho del mar. Es fácil bucear a lo largo del barco hasta la proa enterrada a 20 metros de profundidad y verlo bien incluso sin equipo de buceo. El barco es una visión espeluznante mientras uno sigue el largo eje de transmisión hasta que la hélice aparece a la vista.

Trellis Bay destaca a artistas locales y al Last Resort, un bar original en Bellamy Cay en el medio de la bahía. Fundado por un navegante polaco llamado Wagner en la década de 1950, este es un bar que solo se puede visitar en bote y, aun así, hay que tener cuidado con las cabezas de coral que alcanzan la hélice de su fuera de borda . Aquí encontrará los mejores cócteles de todas las Islas Vírgenes Británicas. Ninguna visita a las Islas Vírgenes Británicas está completa sin al menos un día en Jost Van Dyke, hogar de Bubbly Pool y Foxy’s Tamarind Bar. Camine hasta la piscina burbujeante, una pequeña ensenada con una roca que restringe la entrada del oleaje que viene del noreste. Periódicamente, las olas rompen y agitan las aguas de la piscina con una gran fuerza que la convierte en espuma. Es como darse un chapuzón en una lavadora cuando el agua le sacude y acaba convirtiendo al más serio adulto en un crio  que se no se puede dejar de reír.

 El BVI es un buen lugar para visitar aproximadamente nueve meses al año, evitando los meses de agosto a octubre durante la temporada de huracanes. Muchos navegantes eligen este destino como su primera experiencia de alquiler de embarcación sin tripulación profesional y ninguno termina decepcionado.